Cierto es que Eroski está reduciendo su deuda según lo previsto, pero no es menos cierto que la reestructuración del pasivo estaba mal hecha y esta buena marcha puede encallar. Tal es el escenario, que la empresa que preside Agustín Markaide se enfrenta ahora a una situación complicada. Los bancos le piden medidas impopulares para asegurarse el cobro de los préstamos en los próximos años.
Entre las medidas que hay sobre la mesa está la desaparición del modelo de cooperativa, pero también la reducción de los salarios o la venta de Caprabo, que compró muy por encima del precio de mercado. Para él la batería agotada.