El concejal de Energía del Ayuntamiento de Barcelona, Eloi Badia, no acaba de tener muy claro cuál es su papel en el particular conflicto que tiene el consistorio con Agbar. La junta de accionistas del gigante del agua pidió un ejercicio de corresponsabilidad a todas las administraciones en asuntos de pobreza para ayudar a las familias sin recursos y al concejal no parece haberle gustado el mensaje.
Su respuesta ha sido en forma de rueda de prensa en la que ha anunciado no una medida, sino la intención de llevar a cabo una medida: ahorrarle a las familias más vulnerables entre 10 euros y 15 euros al año en la factura del agua. Ha asegurado que Agbar tuvo unos beneficios de 40 millones de euros en las últimas cuentas, cuando en realidad fueron 27 millones; y ha criticado a Musa por no colaborar en asuntos de pobreza energética, cuando la compañía dispone de su propio fondo de solidaridad que hace años que está en marcha.
No estaría de más que, antes de lanzar mensajes, los construyera con la información correcta.