El primer danmificado político --que no jurídico-- del procés es Jordi Baiget. El destituido consejero de Empresa se atrevió a cuestionar la viabilidad del referéndum en vísperas de otro día grande del secesionismo: la presentación de los detalles de la ley del referéndum. No dijo nada que ya supieran los miembros del Govern, pero lo ha dicho en voz alta.

Sin embargo, ha aguantado demasiado como miembro de un ejecutivo entregado a la causa secesionista desde hace casi año y medio, a sabiendas del fracaso que se avecina.