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La directora del hotel Barcelona Catedral demuestra ser una profesional responsable que sin renunciar, lógicamente al objetivo empresarial de obtener beneficios, se niega a la política de tierra quemada que practican muchos de sus colegas de sector. Esa política es especialmente antisocial en el caso de las camareras de piso, a las que la mayoría de los hoteleros se niegan a integrar en sus plantillas con salarios por debajo del SMI.
Su ejemplo se merece sobradamente el premio de Hotelera 10.