Coca-Cola European Partners ha anunciado que va a reducir el contenido de azúcares de sus productos para satisfacer las necesidades de sus consumidores, un objetivo loable, pero que podría haberse trazado mucho antes.

Una multinacional de esa potencia podría haber estado más atenta no solo a las necesidades, sino a los consejos médicos. Ha tardado tanto que ha dado tiempo hasta los gobiernos más demagógicos para que le aplicaran un impuesto especial.