La portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados, Irene Montero, ha tenido un gran protagonismo en el debate de la moción de censura, en el que no ha abandonado el tono mitinero que usa --como su jefe de filas-- tanto en un foro del estilo de Vista Alegre como en una rueda de prensa o en el hemiciclo.

Pese a un hándicap como ése, que contribuye a restarle credibilidad, la diputada se ha revelado como un nuevo y joven --tiene 29 años-- valor parlamentario.