El Departamento de Interior, que comanda Jordi Jané, solventó con muy pocos efectivos el escrache de Arran (las juventudes de la CUP) a la sede del PP en Barcelona en marzo. Los Mossos d’Esquadra acudieron con dotaciones insuficientes porque la consejería consideró pacífica la ocupación del local de la calle Urgell.
Los cachorros de la CUP exigían, entre otras cosas, el referéndum. Se dan dos circunstancias, que los antisistema permitieron a JxSí gobernar en Cataluña, y que el PP es el enemigo número uno del independentismo en relación a la consulta.
Para colmo, Interior se desmarca de los daños al espacio público, que causó Arran con pintadas y adhesivos. Dice que eso es competencia del ayuntamiento.