Juan Alfaro (1972) no vive su mejor semana. Por un lado, la empresa que tiene la contrata de servicios del AVE (Ferrovial) celebró el lunes el enésimo encuentro con representantes de los 2.000 empleados de a bordo para desencallar el conflicto laboral. De nada sirvió: las posturas siguen enconadas. Muchos en el sector ferroviario se preguntan si ha desaparecido el que fuera exdirector general de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Terrestres (Seittsa). Una desaparición que cuesta a la empresa que preside un millón de euros por protesta.
Por otro lado, bajo su tutela se completará el traspaso del canal de venta de Adif, el gestor de infraestructuras ferroviarias, a Renfe Operadora SA. El trámite burocrático se ha demorado 12 años desde que ambas compañías fueron segregadas. La medida no vendrá acompañada de la contratación de más personal, por lo que se repetirán a lo largo y ancho de la red ferroviaria catalana las imágenes de largas colas en nodos ferroviarios como Sants-Estació o, en el otro extremo, la instantánea de apeaderos desiertos sin ningún empleado en la taquilla.
Los sindicatos calculan que faltan 400 trabajadores entre agentes de venta e interventores sólo en la región catalana.