El PDECat no tiene nada que ver con el 3%. Tampoco Junts per Catalunya quiere saber nada del reguero de corrupciones de Convergència Democràtica. Ellos no tienen nada que ver, pero eso de que el Govern se plantee personarse como acusación particular es otra cosa. O sea, del dicho al hecho, va un trecho.
Esto se desprende de las declaraciones en RNE de la portavoz del Govern, Meritxell Budó, quien ha dicho que estudiarán “si el erario ha salido perjudicado”. Curioso argumento. Si tenemos en cuenta la última sentencia que afecta directamente al Ayuntamiento de Sant Cugat, el erario salió perjudicado por la actuación del equipo de gobierno de CDC, más tarde PDECat y ahora, en la oposición, Junts per Catalunya.
Quizás ni PDECat ni JxCat tienen nada que ver, pero durante la corrupción ya estaban Mercè Conesa, como alcaldesa de Sant Cugat y ahora presidenta del Puerto de Barcelona, y los consellers Damià Calvet y Jordi Puignerò. ERC en el municipio ha pedido su dimisión por esta sentencia. No consta que tengan ninguna intención, aunque ellos ya estaban cuando se produjeron los hechos.
No es plato de gusto el 3% cocinado durante años. Ahora el plato llega a los tribunales y el Govern se pone de perfil, y decididamente en contra de la propuesta de su vicepresidente, Pere Aragonés. ERC tiene toda la intención de plantear la corrupción como tema de campaña. Junts per Catalunya no les dejará este resquicio, pero con la actitud de Budó queda claro que el presidente y los suyos tratará de tapar la corrupción y, lo peor, impedir que los ciudadanos recuperen lo que es suyo. ¡Esto sí que es una nueva forma de gobernar! Aunque recuerde a lo de siempre, eso que duró 23 años y más.