Carles Puigdemont encargó, según fuentes de su entorno, a un abogado acostumbrado a los lodazales que se encargara de birlar la cartera al PDECat y dejarles compuestos y sin novia, es decir, sin Junts per Catalunya como marca electoral. El abogado designado por el expresidente en el exilio se llama Xavier Solà, desconocido para el común de los mortales, pero muy conocido en el ámbito municipalista, dónde conoció a Puigdemont.
El caso es que la maldita hemeroteca retrata el perfil de Xavier Solà. El 20 de octubre de 2017, la Audiencia de Barcelona lo condenó por malversación impropia de fondos públicos y falsedad en documento mercantil como exjefe de los servicios jurídicos de la Associació Catalana de Municipis (ACM). Solà aceptó la sentencia y pactó con la Fiscalía con el objetivo de evitar la cárcel. Solà también llegó a un acuerdo con la ACM para devolver 121.000 euros a la entidad municipalista en cómodos plazos. En marzo de 2019 finalizó estos pagos según el citado acuerdo.
El tejemaneje de Solà junto a Josep Maria Matas, secretario general de la asociación, les reportó pingües beneficios durante años con facturas a la ACM por cuestiones inexistentes o con sobreprecio. Solà fue también edil de la ciudad de Vic, y ahora se ejercita en pispar marcas a los chicos del PDECat, que han demostrado una cierta bisoñez en esta materia.