Tal y como llegan las cosas a la junta de accionistas del lunes 29 de junio, en el grupo de comunicación Prisa quien tiene el verdadero mando es el presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete.
Dos bancos concurrirán a la reunión de socios con un elevado nivel de enfrentamiento. Por un lado, el Santander de Ana Patricia Botín. Su fiel escudero José Manuel Cendoya lleva días desgañitándose entre bambalinas para lograr que el actual presidente del grupo de comunicación Javier Monzón, el hombre de Felipe González durante décadas en el mundo empresarial, permanezca en el cargo.
Enfrente tienen al fondo Amber Capital, que ya ha mostrado su disconformidad con los actuales gestores y con la línea editorial e ideológica que se prepara para el diario El País. Joseph Oughourlian, su máximo representante y con el control de casi un 30% del capital, se ha acercado a Moncloa en los últimos tiempos y podría contar con nuevos apoyos para desalojar de Prisa a González y Monzón.
Telefónica, con sólo el 9,4% del capital, puede tener la llave en la que se augura una conflictiva votación para determinar el futuro del principal grupo de comunicación español. Es decir, que Álvarez Pallete, el presidente de la operadora, es el hombre más decisivo para determinar cuál será el destino de los actuales gestores.
Las presiones en las últimas horas en los cenáculos madrileños son elevadísimas. El control de Prisa es visto en determinados sectores como la llave para la creación de opinión pública en España. El País y la Cadena Ser son sus principales medios de comunicación, ambos líderes en sus respectivos segmentos. Sin ir más lejos, el diario El Plural daba cuenta en las últimas horas de una comida secreta entre Javier Moreno, el nuevo director de El País, Javier Monzón, presidente del grupo, y el líder del PP, Pablo Casado.