La trayectoria de la titular del Juzgado de lo Social 1 de Madrid, Amaya Olivas, está envuelta de polémica. Miembro de Juezas y jueces para la Democracia, la magistrada no esconde su afinidad podemita, algo amparado en la libertad de expresión, aunque en algunos medios judiciales sorprende que haga valoraciones que pueden comprometer su imparcialidad.
Resulta que Olivas estuvo destinada en el Juzgado de lo Social número 11 de Barcelona y antes tuvo plaza en Granollers. Procedía de Calatayud, donde no dejó demasiado buen recuerdo. Su muy estrecha amistad con Pablo Iglesias, que se remonta a la etapa universitaria de ambos, ha dejado una impronta en las declaraciones públicas de esta magistrada, quien asegura que se abusa de la prisión preventiva, que hay maltrato policial y que los llamados coronapijos, que se han manifestado en el barrio de Salamanca de Madrid en contra del Gobierno de Pedro Sánchez, “se han situado al margen de nuestro texto fundamental: la Constitución Española". Así lo manifiesta en un artículo publicado en el portal La Última Hora creado a la medida de Podemos.
Y avisa de que “con su impúdica exhibición de banderas preconstitucionales, han olvidado que el derecho a la protesta se erige para fortalecer a la democracia, no para derribarla".