Carles Puigdemont ha desaparecido durante esta pandemia. Apenas algunas, pocas, entrevistas y alguna enganchada en las redes sociales, pero el particular telepredicador independentista no se está quieto. Puigdemont está preparando, con su círculo más íntimo y cada vez más íntimo, la estrategia y las candidaturas de las próximas elecciones. Sus planes han quedado en suspenso, pero sigue buscando cómo reforzar el espacio de Junts per Catalunya y ganar las elecciones autonómicas. Sobre todo, ganar a ERC.

En este afán, Puigdemont está buscando un fichaje de relumbrón que pueda romper las entretelas de los republicanos, pero también de los Comunes, porque el líder omnipresente de Junts per Catalunya sabe que necesita ampliar su espacio por la izquierda para ganar los próximos comicios, quizás porque la derecha-derecha la tiene bien cubierta.

En esto está el expresidente que se ha fijado en la exdiputada de los Comunes Marta Sibina que se formó en el mundo del activismo en la web Café con Leche, que denunciaba los usos y abusos de Convergència Democràtica, el partido de Puigdemont, en la sanidad catalana. Sibina fue elegida diputada en dos ocasiones y se aventuró, junto con su pareja, Albano Dante Fachín, en las últimas elecciones donde no obtuvo representación.

El acercamiento al mundo neoconvergente se empezó a fraguar cuando en julio del pasado año, Sibina se incorporó al Consell per la República. Ahora parece que Puigdemont la quiere un poco más cerca. No hay elecciones convocadas porque Torra se excusa en la pandemia para eludir su promesa, pero Puigdemont está moviendo sus hilos, y Sibina parece estar en su costurero.