18 años. Esa es la edad del coche de Janet Sanz, la número dos de Ada Colau en Barcelona. La concejal que critica la industria del automóvil hasta el punto que desea que "no se reactive" después de la pandemia, conduce un coche obsoleto.
Según su declaración de bienes [consultar aquí], la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad se compró en 2015 un Volkswagen Golf Highline 1.6 matriculado en 2002. Ello no tendría mayor importancia salvo porque el automóvil es un auténtico monstruo: devora 9,3 litros de combustible cada 100 kilómetros y tiene un nivel de emisiones de 166 gramos de dióxido de carbono (CO2) por kilómetro.
De hecho, el viejo coche de Janet Sanz ya no se podría comprar nuevo: desde 2015 la Comisión Europea obliga a los fabricantes a producir vehículos que emitan un máximo de 130 gramos de CO2 por kilómetro o el equivalente a 5,6 litros de gasolina por cada 100 kilómetros o 4,9 litros de diésel. El utilitario de Sanz, que ha generado una tormenta con sus críticas al sector del automóvil, consume el doble de esa cantidad y contamina un 28% más que la normativa comunitaria.