Para ser un "líder mundial", como dijo el eurodiputado Ramon Tremosa, no es que la intervención de Carles Puigdemont y Toni Comín en Estrasburgo levantara demasiada expectación. Los políticos independentistas fugados pronunciaron su discurso en un hemiciclo vacío que ha suscitado bastante cachondeo en las redes sociales. Un baño de realidad para un secesionismo cuya propaganda no pasa la prueba del algodón europeo.
Lo que se debate en la eurocámara son temas de gran calado y la causa de Puigdemont y Comín es una anédota, efectivamente bien magnificada por los medios de comunicación afines al soberanismo. A ver lo que les dura la aventura europarlamentaria, De momento, ningún grupo político les quiere acoger. Es lo que tiene coquetear con la ultraderecha y con personajes eurófobos como Nigel Farage.