JxC perdió la alcaldía de Sant Cugat del Vallès en las últimas elecciones municipales. Y desde el primer día inició una política de acoso y derribo de la nueva alcaldesa, Mireia Ingla, de ERC, por no hacer un equipo de gobierno formado sólo por partidos independentistas, entre los que estaría, claro, Junts per Catalunya, que considera Sant Cugat un ayuntamiento de su propiedad.
Ahora, la derecha independentista ha vuelto a pedir que ERC rompa el gobierno municipal formado además de por los republicanos, por el PSC y la CUP. Para ERC, el gobierno de la ciudad “no puede basarse en el eje independentista”, que es mayoritario, porque “hay otros elementos de la política local a tener en cuenta”. O sea, Ingla, independentista de pura cepa, sigue apostando “por el gobierno del cambio”, porque se han constatado en estos meses “graves deficiencias de organización en el ayuntamiento que se traducen en graves problemas de contratación de obras y servicios, de contratación de personal y de asesoría jurídica. Una situación que de hecho estemos en una investigación por parte de la fiscalía del TSJC”.
Vamos, que Ingla no renuncia a su gobierno del cambio “con las fuerzas de izquierdas para dar respuesta a los retos de la ciudad y de la ciudadanía, una parte de la cual no se sintió representada en los últimos años por la anterior administración”. Ingla no va a ceder a las críticas de Junts per catalunya que la sitúan fuera del mundo independentista por pactar con los socialistas. El comunicado oficial acaba con una frase lapidaria que demuestra el hartazgo de la alcaldesa: “Ahora es el momento de poner hilo a la aguja para hacer políticas locales y de izquierdas”.