Albert Rivera fue entrevistado por Carlos Alsina en Más de Uno, de Onda Cero, el lunes pasado. El líder de Ciudadanos se enmendó a sí mismo, se propuso como hombre de Estado para alcanzar grandes pactos, se ofreció como garante del no al bloqueo y sólo le faltó pedir por favor a Pablo Casado y a Pedro Sánchez que pacten con él. Eso sí, en ningún momento admitió haber cometido un solo error en su anterior estrategia, ni tan siquiera que la estaba cambiando.
El líder naranja asumió así su nuevo papel vertebrado en el futuro del país. Es lo que tienen las campañas electorales, que te permiten hacer giros copernicanos y aparentar que la nueva propuesta es consecuencia lógica de una acción anterior.
Pero lo más sorprendente no fue eso, la negación de lo evidente, sino cómo se preparó Rivera para acudir a la entrevista radiofónica. Antes de entrar en edificio de la cadena en San Sebastián de los Reyes, pasó por un hotel cercano para que su equipo lo maquillara: quería estar en las mejores condiciones para los cortes televisivos del encuentro.