Es cierto que la bronca parlamentaria del pasado jueves tuvo aires de 6 y 7 de septiembre de 2017. Las fechas en las que se aprobaron las leyes de ruptura con una Cámara dividida. Pero lo ocurrido esta semana tuvo un punto de "sobreactuación" de Ciudadanos, se comentaba en los pasillos, que ya buscaba la expulsión -- la de Lorena Roldán el miércoles con foto del atentado de Vic-- y que se materializó el jueves en la persona del portavoz Carlos Carrizosa. "Cs quería rentabilizar el pleno del Debate de Política General, como hicieron los comunes los días 6 y 7", explicaba una diputada.
En efecto, en aquella ocasión, el discurso de Joan Coscubiela (Catalunya Sí Que Es Pot) galvanizó las posturas de las formaciones no independentistas contra el pulso que el expresidente Carles Puigdemont echó al Estado. Por el contrario, PSC y PP se desmarcaron de la puesta en escena de Carrizosa.