El catalanismo no unilateralista bulle, se organiza y no repara en papeles. Dos de las plumas más influyentes en la línea editorial de La Vanguardia, Francesc Marc Álvaro y Jordi Amat, se cuentan entre los inspiradores de El país de demà, el documento programático de la reunión celebrada en Poblet por lo que se ha dado en llamar el nacionalismo moderado.
El encuentro monacal ha sido el primer paso para una propuesta de negociación con el Estado que supere el maximalismo independentista línea Waterloo. Defienden el movimiento políticos vinculados al PDeCAT, como Carles Campuzano, Jordi Xuclà o el exconsejero Lluís Recorder, o Marta Pascal. El diario del Grupo Godó inspira, a través de esas dos firmas, Amat y Álvaro --a diferencia de Pilar Rahola-- , otra de las referencias del papel decano de Barcelona, a los miembros del grupo de Poblet. La tesis de Álvaro y Amat, que no estuvieron en Poblet, ni forman parte de los grupos de trabajo, es reconstruir los puentes volados para conseguir más trasferencias, competencias y, al final del camino, un posible referéndum pactado, aunque hay matices e ideas distintas sobre ello.