La desfachatez con la que se ha movido el mundo independentista en Cataluña le ha llevado a actuar con el ímpetu de la muchachada segura de que puede saltarse cualquier norma. Las instituciones les han dado patente de corso para todo. Eso les lleva a trasladar a los medios de comunicación que mantienen esas mismas instituciones con subvenciones y publicidad el insulto y la ignominia que utilizan en las redes sociales.
Este fin de semana hemos tenido un nuevo ejemplo de ese mal gusto barriobajero del que hacen gala los aledaños más agresivos del nacionalismo catalán a propósito de la ocurrencia de elnacional.cat de informar a sus lectores de que al tenista Rafa Nadal se le está cayendo el pelo. La revelación es que el deportista se va a casar "calvo como una rana", según titula el panfleto. En el texto se dan explicaciones detalladas sobre los avatares de la masa capilar de este mallorquín de 33 años, seguidor del Real Madrid y en absoluto sospechoso de catalanista, y uno de los desportistas más grandes que ha dado nuestro país. Un hombre, por otra parte, que ha demostrado su calidad humana de forma discreta y auténtica en numerosas ocasiones.
Quizá sea eso lo que moleste precisamente a este tipo de prensa, especializada en el ataque ad hominem y en los recursos periodísticos más baratos, porque desde luego la exclusiva no le debe haber dado mucho trabajo al equipo de investigación del digital. Por cierto, el staff de esta publicación está copado por hombres que fueron calvos prematuros hace ya más de 30 años.