El Colegio de Farmacéuticos de Barcelona ha hecho campaña en las elecciones a la Cámara de Comercio de la ciudad, y lo ha hecho a favor de Núria Bosch Sagrera, una farmacéutica que es vicepresidenta de la entidad colegial.
Bosch iba en las listas de 50x50 y, de hecho, ha sido la única mujer de las candidaturas feministas que ha conseguido un asiento en el pleno cameral. Se presentaba por la categoría 7 del grupo 8 (comercio y reparaciones), que tiene derecho a escoger a dos empresarios.
Desde el colegio estuvieron haciendo campaña con llamadas telefónicas a las oficinas de farmacia –donde existe una elevada proporción femenina-- para recomendar el voto “a la mujer que mejor puede representar nuestros intereses” en la Cámara de Comercio. Además, avisaban de cuántos días disponían para ejercer el polémico voto electrónico y delegado y de que el día 8 el voto era presencial.
Los farmacéuticos nunca habían participado y mucho menos en forma de campaña, pero se da la coincidencia de que entre ellos hay muchos autónomos con derecho a voto. La misma vía por la que los independentistas han desalojado al establishment.