Aunque parezca que su único enemigo es España, lo cierto es que el punto de mira de Carles Puigdemont está puesto en ERC. En concreto en Oriol Junqueras. Además de presionar todos los días en favor de la lista unitaria para las elecciones europeas, Puigdemont quiere dinamitar la joya más preciada del líder republicano: Sant Vicenç dels Horts.
Para evitar que Junts per Sant Vicenç renueve la alcaldía, Puigdemont ha pedido al PDeCAT que no presente lista propia y que apoye una candidatura genuinamente independentista que agrupe desde el propio PDeCAT, que sólo sacó un concejal en 2015, hasta la CUP, que no ha podido armar su propia lista, pasando por los rebotados de ERC. O sea, irán juntas las derechas y la extrema izquierda con el único objetivo de que Junqueras pierda. Sin embargo, el republicano no parece darse por aludido, o al menos lo disimula. En el libro de Sergi Sol Hasta que seamos libres trata bien al expresidente.