El bar del Parlament suele ser escenario de conjuras, conspiraciones, negociaciones e, incluso, de pactos. Puede ser lugar para cualquier cosa pero, sobre todo, la conjura se lleva la palma. Para muestra un botón. Ayer en una sesión plenaria penosa donde se presentaban unos presupuestos que ni el Govern ha aprobado, los diputados David Bonvehí, Lluís Guinó y Toni Morral, el flamante nuevo dirigente de la Crida, dedicaron su tiempo a mostrar su preocupación por la situación actual.

A dos meses de las generales y a tres de municipales y europeas, la derecha independentista lo tiene todo manga por hombro. Los tres conjurados, en voz baja, criticaban que Elsa Artadi "no se moja" y, lo más interesante, dirijian sus dardos a Carles Puigdemont porque su indefinición "nos tiene perdidos". Mal vamos si hasta los suyos sospechan que el timonel no dirige el barco.