Alguien en las filas nacionalistas la ha tomado con la consejera de Cultura, Laura Borràs. Su gestión al frente de la Institució de les Lletres Catalanes tal vez no fue impecable, pero nada fuera de lo normal en la Administración autonómica.
La cuenta de Twitter de Salvador Lucas desgrana en un singular hilo los chanchullos, apaños, rarezas, curiosidades y prácticas abstrusas con el dinero en la Administración autonómica. Lucas ha contabilizado 718 contratos entre 17.900 y 18.000 euros, el límite para que un contrato no saliera a concurso en aquel momento. Anota decenas de casos dignos de investigación, entre ellos seis facturas en el departamento de Justicia por importe de 15.900 euros por el mismo concepto, "promoción y uso de las tecnologías de la información", a la misma entidad, una tal "Associació Social".
Otra curiosidad, dos pagos de 17.200 por parte del Institut Català de l'Energia a la sociedad AWS Truepower, SLU, por dos estudios iguales, salvo que el primero está anotado en minúsculas y el segundo en mayúsculas. Se trata de la "realización del trabajo técnico 'evaluación del potencial eólico en Cataluña en el horizonte del año 2050'"; un título con tufillo de tapadera de corta y pega de Google. Parecidos casos se dan en el propio departamento de Interior a cuyos Mossos corresponde la investigación sobre Borràs. En realidad, no hay departamento que se salve, siendo el de Sanidad el de más actividad y discrecionalidad a la hora de extender cheques de menos de 18.000 euros por compras duplicadas.