El exdelegado del Gobierno en Cataluña Joan Rangel se ha dejado caer en la toma de posesión de la nueva delegada, Teresa Cunillera. Rangel sonó con fuerza para sustituir a Enric Millo, pero arguye que tuvo que ponerse de canto ante el cargo por las presiones familiares para que rechazara un puesto que exige una dedicación absoluta y acarrea graves sinsabores y molestias al entorno. El delegado o delegada del Ejecutivo en Cataluña es uno de los cargos más expuestos a las críticas y amenazas.



En la toma de posesión de la delegada Cunillera y su nuevo equipo sólo estaba presente por parte de la Generalitat el secretario de Asuntos Exteriores y Relaciones Institucionales, Aleix Villatoro, hijo de Vicenç Villatoro. En algún corrillo, Rangel ha cuestionado veladamente las maniobras de aproximación al fenómeno independentista que ha emprendido la ministra Meritxell Batet.