El guión de los independentistas es diáfano. Se crea una ficción, una noticia posible, se apela al diálogo, que no procede, y cuando éste no fructifica –porque tampoco puede ser-- entonces se cae en el victimismo y se reprocha al adversario de que no quiere el diálogo que, sin embargo, se publicita. Algunos medios de comunicación no dudan en recoger ese argumentario, y lo hacen con pasión y convicción, como hace El Nacional.
Resulta que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, pidió este miércoles una entrevista con el jefe del Estado, el rey Felipe. Aludiendo a la necesidad de diálogo, y tras anunciar que Torra ha enviado una carta al monarca, pidiéndole que tenga algún gesto con los “represaliados” del 1 de octubre, se insiste en ese encuentro.
El Nacional da cuenta de esa petición. Posteriormente, asegura que la Casa Real deja en manos del presidente del Gobierno que autorice esa entrevista. ¡Oh, qué sorpresa! Porque es, efectivamente, el Gobierno del Estado el que decide esas cuestiones, sin que el monarca pueda tomar, por su cuenta, una posición al respecto, como marca la Constitución.
Siguiendo el hilo, el siguiente paso es informar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez rechaza tal propuesta, porque no procede que el jefe del Estado se entreviste con un presidente autonómico, para, entre otras peticiones del independentismo, asumir una rectificación por su discurso del 3 de octubre. Entonces llega lo mejor: un tuit del propio Quim Torra lamentando que no le dejen entrevistarse con el Rey, y denunciando que, entonces, “¿por qué dicen que quieren diálogo?”
Ese es el esquema habitual del funcionamiento del bloque independentista, que abrazan los medios independentistas, como El Nacional, siguiendo una estrategia común, y que siguen dócilmente algunos grandes medios, dando a entender que no tienen criterio propio o que no se enteran de lo que sucede; aunque contribuyen objetivamente a la desinformación.