El feroz cupero Josep Garganté ha vuelto a ser visto a los mandos de un autobús municipal. El exconcejal maneja en concreto un vehículo de la línea V7 que cubre el trayecto entre la plaza de España y Sarrià, una ruta muy diferente de la que discurre entre Horta y el cementerio de Collserola y que cubría el sindicalista y político cuando fue elegido concejal.
Dado el carácter rotatorio de los cargos de la CUP, Garganté fue el primero en transmitir el acta, en su caso a la compañera Eulàlia Reguant, que saltaba del Parlament al ajuntamiento para poner un poco de orden y criterio en el grupo municipal antisistema.
Garganté abandonó la Casa Gran harto, según dijo, del cinismo de los políticos. Lo que no ha abandonado es el activismo sindical, que vuelve a combinar con el servicio activo en Transportes Metropolitanos de Barcelona. Como conductor, Garganté no pasa desapercibido, aunque no consta que ahora haga como en la anterior línea, en la que esperaba en las paradas a las personas conocidas. La ruta entre plaza de España y Sarrià no admite tales deferencias.