Los lazos amarillos, el símbolo de los independentistas para protestar contra los políticos presos, están presentes en la Generalitat desde que en octubre se activó el artículo 155. En los edificios públicos y entre los trabajadores. Otra cosa es las solapas de los directivos y cargos intermedios que han mantenido sus responsabilidades en la Administración catalana.
En este caso, el uso de los símbolos ha sido más limitada. Entre los que han evitado lucir el símbolo en su día a día se encuentra el director de la Agencia Tributaria de Cataluña, Eduard Vilà, con un perfil muy ejecutivo. Pero su aparente neutralidad ha cambiado esta semana.
Tras la investidura de Quim Torra como nuevo presidente de la Generalitat, el lazo ha proliferado en los despachos del sector público.