En los corrillos de las universidades es el tema. Produce temblores, temores y algunos predicen casi el holocausto. La causa del pánico y del terror que aflige a rectores y decanos tiene su origen en el rumor del posible nombramiento de Agustí Colomines, oráculo de Carles Puigdemont, como secretario de Universidades del próximo Govern.
Sonó primero como conseller de Cultura pero parece que no reunió los apoyos necesarios o que rechazó el ofrecimiento, según dicen en su entorno. Estas fuentes creen que la universidad catalana necesita una sacudida para reactivarla. El problema es que la sacudida que patrocina Colomines puede tener consecuencias entre los que impidieron que llegara al rectorado de la UOC o entre los que contribuyeron a que su papel en la Universidad de Barcelona fuera de segundo nivel. Dicen que su nombramiento podría tener aires de venganza. De momento, rumores. Luego, ya veremos.