Toni Comín, flamante ex consejero de la Generalitat, que ha dejado un caótico panorama sanitario otrora joya de la corona, y politólogo, del que no se conoce una sola publicación en la materia, está poniendo de los nervios a los suyos, los de ERC, que le han pedido que no tome posesión del acta de diputado. Comín ha hecho gestos que no han gustado a sus compañeros como, por ejemplo, asistir a la celebración de la victoria electoral de Junts per Catalunya, cuando en ERC las caras eran más bien largas y el regusto de la noche electoral muy amargo.
Comín, de momento, no suelta el acta, pero se sabe que está buscando trabajo en Lovaina, la ciudad universitaria de Flandes que dista apenas media hora en tren desde Bruselas. Allí residen más de 50.000 estudiantes en una población de 100.000 personas, y es sede de la Universidad Católica en la que fue profesor, nada más y nada menos, que Erasmo de Rotterdam.
Comín siempre ha estado al sol que más calienta. Primero en Ciutadans pel Canvi, luego en el PSC para recalar en Esquerra Republicana tras entablar amistad con Oriol Junqueras. Con el presidente de ERC en prisión, su principal valedor, parece que el sol ya no calienta en ERC y el politólogo Comín está poniendo pies en polvorosa. Se le acaba el dinero, pues el exilio es costoso. Y, tal como publicó Crónica Global, también ha echado cables a medios de comunicación para poder trabajar de tertuliano.