La jornada de paro de país en Cataluña ha logrado un objetivo no buscado: tensionar al Gobierno. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, se mostró satisfecho por la actuación de las fuerzas de seguridad durante las protestas. Incluso presumió de que no se hubiera producido ni un solo incidente, contrariamente a lo que ocurrió el 1-O.

Sin embargo, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría no lo vio de la misma manera, y así se lo ha hecho saber al ministro. Una cosa es evitar los incidentes cuando los manifestantes ya están en los andenes o en las vías del tren, y otra muy distinta es permitirles el acceso a la estación.