Jussi Halla-aho es un eurodiputado finlandés ultra, racista y supremacista que ha protagonizado declaraciones muy polémicas en su país de origen.
Ha llegado a apuntar a que el islam sería una religión que santifica la pedofilia por las relaciones que habría tenido Mahoma o a preguntarse públicamente si los somalíes roban y viven a costa de los contribuyentes por “características genéticas”, declaraciones que le han llevado ante los tribunales de Helsinki. Pero este fin de semana se convirtió en una de las referencias de parte del independentismo catalán, que obvió su trayectoria política.
Lo hizo a partir de una carta al director que publicó Financial Times en la que defendía la declaración unilateral de independencia (DUI). Aseguraba que la secesión era “objetivo legítimo” y si no se podía alcanzar se debía considerar válida su proclamación.