Los sectores moderados del independentismo han estado presionando al presidente Carles Puigdemont en las últimas horas para contrarrestar la presión de los duros que abogan por una DUI sin matices. Sólo le corresponde al president cómo adjetivar la DUI en su púlpito del Parlament. Sin embargo, hay un elemento que preocupa: la aplicación del 155 por parte del Estado, un artículo que nunca se ha aplicado pero que en su formulación más suave implicaría la suspensión de la autonomía y sus competencias.
Para evitar esto, desde el PDeCAT se apuesta porque hoy no se vote nada. Que tras la intervención de Carles Puigdemont el Parlament no vote nada, que no haya un elemento al que pueda acogerse el Estado para poner en jaque al Gobierno catalán y a la propia institución. Los estrategas nacionalistas tratan de hacer una DUI retórica que no sea aprobada en ninguna resolución. “Que no se vote”, dicen los que la auguran porque así “se podría salvar el 155”.