Si alguien sabe predicar bien las profecías del independentismo catalán, este no es otro que Miquel Calzada, el popular Mikimoto, que no hay sábado que se pierda la misa de las ocho de la tarde en la Parròquia dels Sants Gervasi, Protasi y Mare de Déu de la Bonanova, o sea, para entenderse, en la iglesia de la pija plaza de Bonanova.
Allá, donde vive a muy pocos metros, Calzada o Calçada, como así se hace llamar ahora, sigue desde los primeros bancos el ordinario de la misa con gran devoción, se retrata bien cuando se pasa el cepillo y aprovecha la salida de la ceremonia para saludar a otros feligreses.
De no verlo, su ausencia casi siempre se debe a fuerza mayor: sus compromisos con Televisió de Catalunya, grabando Afers Exteriors, o su activa defensa de la causa separatista, cuya culto le ha llevado al cargo de comisionado de exteriores de la Generalitat. ¡Amén!