Las cosas andabas muy revueltas en el equipo de asesores de Carles Puigdemont. El motivo: la imagen, poco favorecedora, que había lucido el presidente catalán en sus últimas apariciones. El decorado tenebroso de la entrevista que le hizo el periodista Jordi Évole en el programa Salvados de La Sexta, unido a una posproducción perjudicial para el político (respuestas poco ágiles y/o dubitativas), provocó alguna que otra bronca a los gestores de esa intervención mediática. Asimismo, el discurso institucional que Puigdemont hizo en las redes sociales el pasado 21 de septiembre –carpeta en mano para apaciguar los nervios y una grabación de poca calidad—no contribuyó a levantar los ánimos.
La cosa mejoró el miércoles, en su intervención emitida por TV3 a modo de réplica a la declaración de Felipe VI sobre la situación en Cataluña. El look de Puigdemont, más desenvuelto y natural, le reconcilió con su equipo.