Hay revolucionarios y revolucionarios, los que se dedican a ocupar la universidad y aquellos que disfrutan de la revolución a razón de 20 euros el gin tonic en la terraza del Hotel Casa Fuster de Barcelona. Es que entre los nuevos revolucionarios también hay clases.

Toni Soler, el ideólogo de Polonia y subvencionado por TV3; el muy izquierdista teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Asens; y el tertuliano también muy revolucionario, Antonio Baños; disfrutaron de la revolución a la fresca de la noche barcelonesa. Mientras, los otros revolucionarios pegaban carteles o ejercían de okupas en la Universidad de Barcelona.