José Manuel Vargas, el presidente de Aena, puede estar viviendo sus últimas horas al frente de la compañía. Su gestión del conflicto de los vigilantes de seguridad de El Prat le ha puesto a los pies de los caballos, a lo que habría que sumar su dudosa gestión en la privatización de la antigua compañía pública.
El hecho que el Ministerio de Fomento se haya hecho cargo de las negociaciones se considera todo un adelanto de lo que puede pasar. Primero fue el secretario de Estado de Infraestructuras y, ayer, el que llevó las riendas de la situación fue el propio ministro, Íñigo de la Serna. En el Gobierno no dudan en calificar de “nefasta” la gestión de Aena en este asunto y no esconden el profundo malestar.