En la reunión de alcaldes independentistas que se celebró el sábado debía de haberse firmado el manifiesto que fue leído, y aplaudido, por los ediles congregados en el paraninfo de la Universidad de Barcelona. Sin embargo, el manifiesto no se firmó. Sólo los alcaldes independientes, los de la CUP y los republicanos lo hicieron. Los del PDeCAT no.
A mediados de la semana pasada, cuentan a En Voz Baja, Marta Pascal dio instrucciones a Neus Lloveras (AMI) y Miquel Buch (ACM) de no firmar para evitar “consecuencias judiciales”. Así se rompió, una vez más, la unidad independentista y se ha abierto una nueva crisis en el PDeCAT, la enésima.
Los convocantes del acto consideraban que el manifiesto debía ser firmado porque así “el compromiso adquiría mayor fuerza” al asumir por escrito que abrirían sus colegios y locales. La dirección del PDeCAT consideró lo contrario, lo que para los alcaldes convergentes partidarios es un tremendo error: “Hemos regalado a ERC la bandera del liderazgo en el procés”, dicen muy críticos para añadir “también en el mundo municipal”. Un nuevo cisma en el PDeCAT está a la vista.