Casi dos semanas después de los actos conmemorativos del 30 aniversario del atentado terrorista contra el Hipercor de la avenida Meridiana de Barcelona, los familiares de las víctimas se han reencontrado y, en muchos casos, sus descendientes han intentado profundizar en los hechos y compartir recuerdos.
El acto terrorista mas devastador de todos los tiempo en Barcelona, ocurrido en 1987, dejó 21 muertos y 45 heridos por la explosión de una bomba en plena hora punta en el centro comercial de El Corte Inglés, situado en una barriada obrera. Ha dejado el horror marcado en la población para siempre y está considerado el atentado más sangriento y cruel de ETA, según los expertos.
El ambiente en los numerosos grupos de whatsapp que se han creado, en las llamadas y en los encuentros que se están produciendo es de incredulidad, y en algunos casos de indignación, con El Corte Inglés. Los comentarios de que no había nadie de los dueños y herederos de la propiedad de la cadena de grandes almacenes en los actos, de que nadie les ha contactado, son constantes.
Dimas Gimeno (sobrino de Isidoro Álvarez), Marta Álvarez y Cristina Álvarez (hijas adoptivas de Isidoro Álvarez) son los herederos, presidente e integrantes del consejo de administración de la empresa. Tampoco asistió Florencio Lasaga, presidente de la Fundación Ramón Areces, que fue albacea del testamento de Isidoro Álvarez y administra el legado del fundador desde la entidad que preside. Expertos en protocolo confirman que estos cuatro accionistas deberían haber estado presentes y tener un rol destacado tanto en público como en privado, pero los especialistas en marketing consideran una estrategia acertada evitar que se asocie la tragedia con la marca en la actualidad.