El proyecto independentista no cala de forma homogénea en todo el territorio catalán. Al menos, eso es lo que se deduce de la accidentada visita que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, realizó este viernes a Badalona --la tercera ciudad más poblada de Cataluña-- con motivo de las fiestas mayores del barrio de Llefià.
Y es que, cuando el dirigente nacionalista se disponía a pronunciar su discurso, buena parte de los cerca de 2.000 asistentes le dedicaron una monumental pitada, innumerables abucheos y gritos de "fuera, fuera" y de "España, España".
Puigdemont --que estaba acompañado en el escenario por la alcaldesa de la localidad, Dolors Sabater, de Guanyem Badalona En Comú-- trató de calmar los ánimos. "¿Me dejáis hablar? Y, si no os gusta, silbáis después", planteó el líder secesionista. Pero no hubo forma, las muestras de rechazo del público se mantuvieron durante toda su breve alocución.