Un hotel de Barcelona cercano a la sede de PDeCAT acogió el viernes el gabinete de crisis organizado tras la imputación de Germà Gordó por su supuesta participación en el caso 3%. Acudieron altos cargos del partido y del Govern.
La estrategia de comunicación, al parecer tutelada por Artur Mas y el propio Gordó, consistió en centrar la responsabilidad de todo el asunto en la figura del exconsejero de Justicia y su resistencia a abandonar el escaño parlamentario con la finalidad de blindar PDeCAT. Dicho de otra manera, había que poner el foco mediático en Gordó para soslayar el tema de fondo: que presuntamente habría participado en la financiación irregular de CDC, ahora llamada PDeCAT.