UGT de Cataluña anda de nuevo revolucionada por un grupo de WhatsApp. Los independentistas del sindicato se han organizado en un espacio propio en la popular plataforma de mensajería para debatir temas de actualidad de dentro y fuera de la organización. Un objetivo que a simple vista no tendría demasiado recorrido pero que ha abierto la caja de los truenos por lo que implica: saltarse una de las directrices del secretario general, Camil Ros.
Desde el inicio del mandato, hace poco más de un año, el nuevo líder de UGT de Cataluña marcó que el sindicato debía ejercer solo de sindicato. Ha afirmado ante todo tipo de foros que no deben ni quieren participar en debates políticos.
Tomó la decisión tras un relevo en la cúpula de la organización que no fue sencillo y que estuvo marcado por la presión interna y externa por causas políticas. Quería evitar de este modo la tensión y el desgaste que propiciaron ciertas actuaciones de su predecesor en el cargo, Pepe Álvarez, y así lo ha hecho hasta ahora.
Ros ha sido el primer sorprendido con la creación del grupo y por la publicidad que le dan sus miembros. Pero le ha pillado con el pie cambiado y no tiene claro si debe actuar o no.
El WhatsApp indepe, no solo ha molestado, también ha sorprendido.