Quien tuvo, retuvo, dice el refrán. Y eso parece sucederle a Pepe Álvarez, secretario general de la UGT, que acudió de forma discreta a la manifestación convocada por el sindicato a las puertas de la sede de la CEOE en contra de la violencia de género.
Ciertamente no eran muchos. Apenas una docena de manifestantes que contaron con el apoyo del líder del sindicato a pesar que en Madrid estaba nevando copiosamente. Álvarez estaba al pie del cañón aunque los suyos prefirieron quedarse en casa.