La Audiencia Nacional ha condenado al letrado Ramón Cerdá Sanjuán a 13 años de prisión por un fraude en el IVA de 3,2 millones, más una multa por el citado importe. Se le achaca la comisión de delitos de asociación ilícita, falsedad continuada en documento público y de documento mercantil. Cerdá Sanjuán, con domicilio en Ontinyent (Valencia), se dedicó durante largo tiempo al negocio de la venta al por mayor de títulos de sociedades mercantiles.
El proceso de constitución e inscripción en el Registro Mercantil de una entidad puede durar unas dos semanas y media. Cerdá disponía en todo momento de un auténtico arsenal de compañías ya creadas, listas para su traspaso a favor de cualquier interesado. Se trata de un negocio totalmente lícito como cualquier otro. El problema reside en que varias de esas empresas pantalla, aun antes de haberse traspasado a un tercero, se utilizaron para defraudar al fisco. Cerdá puede haber batido récords en los anales judiciales por la elevada pena que le han impuesto en función de la suma escabullida.
No son éstos los únicos distintivos del personaje. También está en posesión de otra marca insólita. Su nombre aparece en los Registros Mercantiles de media España como fundador, administrador o apoderado de nada menos que 9.600 sociedades anónimas y limitadas. Sin duda, un auténtico récord de fertilidad societaria.