Un alto cargo que quemó el Gobierno catalán ha fichado por el Estado. Alberto López, exdirector del Aeropuerto de Lleida-Alguaire hasta que fue cesado por la Generalitat en julio de 2016, trabaja ahora para mejorar el aeropuerto de El Prat, que depende de Aena.
López se ocupó de gestionar el aeródromo fantasma, cuya titularidad es del ejecutivo de Carles Puigdemont. Se incorporó en enero de 2010, cuando el entonces president, José Montilla, inauguró la instalación.
El directivo aguantó hasta julio de 2016, cuando fue cesado por Aeroports de Catalunya, la Aena catalana.
Poco después, interpuso una querella contra Aeroports por acoso laboral y denunció irregularidades en la contratación.
Ahora, ya lejos de aquella etapa, López encabeza un proyecto de notable envergadura: la renovación de la pista 07L-25 del Aeropuerto de El Prat, el segundo con más tráfico de España.
Lo hace con Cemosa, una firma de ingeniería y control integral.