La Vanguardia registró el año pasado un descenso de su difusión del 10,9%, al pasar de 129.073 ejemplares a 114.960, según los datos provisionales de la OJD, que es la más exacta y fiable del mercado. El cierre definitivo se conocerá en marzo, cuando concluya la auditoría de la entidad, aunque apenas se prevén variaciones.
Se trata de la tirada más baja que se recuerda en la casa en muchas décadas, como mínimo desde los años 60. Es, además, el noveno periodo seguido de retroceso. La divulgación de La Vanguardia alcanzó su cúspide más reciente en 2007, con 213.413 copias. Desde esa cima, el diario se ha dejado por el camino el 46%.
En 2016, el periódico de Grupo Godó vendió en los quioscos un promedio de 30.909 ejemplares, un 13% por debajo de los 35.478 de 2015. A comienzos del presente milenio alcanzaba los 111.590. Es decir, el derrumbe desde entonces alcanza el 72%.
Las suscripciones individuales son el renglón del negocio que goza de más estabilidad, aunque también se mueven a la baja. El año pasado se situaron en 60.271, frente a las 61.023 de 2015.
Las cifras de ventas de 2016 se completan con las suscripciones colectivas, que sumaron 2.685; las realizadas por instituciones y empresas, 16.776; y los ejemplares regalados, 4.319.