El consejero de Salud de la Generalitat, Toni Comín, no sabe cómo hacer el ridículo. El jueves perdió media tarde asistiendo a una rueda de prensa sobre la tubería de agua rota en el Hospital Vall d’Hebrón con el propósito de capitalizar la rápida solución de la avería y ponerse una medalla.
El viernes ha reunido a los alcaldes del Vallés, que están que trinan con sus desaguisados y ocurrencias, y ha tratado de defenderse de las informaciones incómodas de Crónica Global --nunca desmentidas-- mintiéndoles de nuevo. Les ha dicho que este medio le ataca porque somos propiedad del Grupo QuirónSalud, propiedad a su vez del alemán Grupo Fresenius Helios. Otro insulto a la inteligencia de los ediles, que pueden comprobar fácilmente en el Registro Mercantil quiénes son los accionistas de la editora de esta empresa.