Un agente de los Mossos d’Esquadra, de uniforme, se cuadra ante la bandera de España que ondea en la fachada del Palacio de Capitanía General de Barcelona, situado en el paseo de Colón.
La imagen ha sido captada en medio de la polémica por la detención de la alcaldesa de Berga, Montse Venturós, la semana pasada por parte de una patrulla de la Policía catalana. La edil fue arrestada por no comparecer ante la justicia tras ser imputada por un presunto delito electoral, ya que mantuvo la estelada en la fachada del consistorio en dos jornadas electorales.
El debate, sobre todo en las incendiarias redes sociales, dejó de ser el por qué Venturós no se presentó ante el juez, sino por qué los mossos procedieron al arresto. ¿Acaso podían negarse? ¿Cumplieron órdenes, sin más? ¿Se relaciona la detención con un rechazo al independentismo? ¿Deben los policías ser partícipes del debate político actual? Y un sinfín de preguntas vistas en el mundo virtual cuyas respuestas se adaptan a todos los gustos.
Representantes sindicales y colectivos de Mossos a favor de la independencia se apresuraron a aclarar que, votasen lo que votasen en un hipotético referéndum, hicieron lo que debían: obedecer una orden judicial. En la línea de debate e incendio virtual, la imagen de este policía no deja indiferente a quien la ve. Unos aplauden su gesto, otros lo critican y un tercer grupo defiende la libertad de expresión a regañadientes.