¡A eso se le llama mala suerte!. El magistrado ponente de la sentencia por el juicio del caso Palau es Julio Hernández, juez recién llegado a la sala décima procedente de la sala novena de la Audiencia Provincial, cuyo presidente es Andrés Salcedo.
A Salcedo le huyen sus compañeros de sala. Dicen que es un presidente de sección muy obsesivo y con el que resulta muy difícil trabajar. Hernández es uno de ellos. Harto de ser un sufridor en la Novena, pidió el traslado de sala para trabajar más tranquilo. Y mira por dónde se generó una plaza vacante en la sección décima, la sección a la que ha recaído el juicio por el caso Palau.
Pues bien, efectuado el preceptivo reparto de atribuciones por sorteo, le ha tocado al juez Hernández, ni más ni menos, que el marrón de tener que liderar la ponencia por un caso mediático, complejo y extraordinariamente sensible como este y sus indudables repercusiones políticas. Ya se sabe lo del dicho…: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”.