El dueño de la discoteca Amnesia Ibiza, Martín Ferrer, no está pasando por su mejor momento. La policía lo detuvo a principios de semana por presunto blanqueo de capitales. Pocos días antes, los querellantes del ‘caso Marina Besós’ pidieron su imputación por hurto. Su abogado defensor considera que Ferrer se apropió de obras y material de las carpas y piscinas de Sant Adrià del Besós por un valor de dos millones de euros.
Pero su paso por la ciudad vecina de Barcelona no siempre fue tan amargo. En 2012, el Ayuntamiento de Sant Adrià ponía la alfombra roja a Ferrer. Ambos firmaron un convenio de colaboración, por el que el consistorio se comprometía a ayudar al empresario a construir su macroproyecto en el Port Fòrum de la localidad.
La iniciativa contó con el plácer del propio 'president' Jordi Pujol --hay fotos juntos-- y pretendía traer al arquitecto Jean Nouvel. El proyecto se hundió y el concurso ha acabado en una investigación judicial sobre uno de los elementos de la transformación: la adjudicación por parte del Consejo Comarcal del Barcelonés de las piscinas municipales al grupo de ocio nocturno.